La palabra “polvo” es un sustantivo común en español que hace referencia a partículas finas que resultan de la descomposición o desgaste de materiales. En su uso más cotidiano, “polvo” puede referirse a la acumulación de estas partículas en el ambiente, lo que se relaciona con la limpieza y el mantenimiento del hogar. Sin embargo, su significado se amplia en contextos figurativos y literarios, donde puede evocar conceptos desde sexuales, la fragilidad de la vida o el paso del tiempo.
Citando al lingüista Denegri, M. A. (2011). Lexicografía. Editorial San Marcos “polvo” proviene del latín “pulvis” significando “partículas finas” (p. 63). También se usa metafóricamente para describir: desorden o confusión; aburrimiento; Actividad intensa. “polvo” ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes contextos. En algunos países, se utiliza como sinónimo de “suciedad” o “desorden” En Perú, por ejemplo, “polvo” describe el epilogo de una relación coital “una eyaculación seminal”
En su análisis, Denegri (2011) subraya que cada palabra, incluido “polvo”, encierra no solo su definición literal, sino también connotaciones culturales y sociales que enriquecen su uso. Por ejemplo, polvo se asocia a menudo con el olvido y la muerte en expresiones como “volver al polvo”, lo que refleja la efímera transitoriedad de la existencia humana. Este uso idiomático ilustra como el lenguaje evoluciona y se adapta a las necesidades comunicativas de la sociedad, concluyendo, la palabra “polvo” es un claro ejemplo de la riqueza del léxico español. Su significado va más allá de la simple noción de partículas, abarcando una variedad de interpretaciones que revelan la complejidad de la comunicación humana. La lexicografía, como bien señala Denegri, juega un papel fundamental en la preservación y el entendimiento de estas dinámicas lingüísticas.
Dengri, M. A. (2011). Lexicografia. Lima: Editorial San Marcos.
Fecha de publicación:
19 de octubre del 2024
Autor
Anónimo