El término “carajito”, según el análisis de Marco Aurelio Denegri, es un ejemplo fascinante de cómo el lenguaje puede cargar con múltiples significados que oscilan entre lo vulgar y lo cotidiano. En su origen, el carajito no solo hace referencia a un dulce típico de Asturias, sino que también es un término que tiene una connotación sexual en el habla popular, relacionado con el falo o el miembro viril. Denegri, en su habitual estudio detallado del lenguaje vulgar, destaca cómo "carajo" puede interpretarse como sinónimo de "penis", un uso que deriva en expresiones como "pinguita", una forma diminutiva que juega con la irreverencia y lo sexual (Denegri, 2011).
La dualidad del término “carajito” es particularmente interesante, ya que mientras en un contexto gastronómico puede referirse a un dulce, en un contexto vulgar evoca imágenes del órgano sexual masculino. Denegri menciona un caso curioso de un confitero asturiano que vendía estos dulces bajo el nombre "Carajitos del Profesor", una anécdota que muestra cómo el lenguaje puede adquirir un tono humorístico y lúdico cuando juega con estas connotaciones sexuales (Denegri, 2011). El hecho de que estos dulces fueran apreciados y descritos como “riquísimos y originales” por críticos como Evaristo Arce demuestra cómo la palabra “carajito” ha trascendido su uso vulgar para convertirse en parte de una tradición local.
En conclusión, la palabra “carajito” ejemplifica la riqueza y complejidad del lenguaje popular, donde términos con significados sexuales pueden integrarse a lo cotidiano sin perder su carga simbólica. Este fenómeno lingüístico es una muestra más de cómo el lenguaje refleja la capacidad del ser humano para fusionar lo trivial con lo profundo, jugando con las palabras de manera que lo vulgar se vuelve culturalmente aceptado.
Referencia
Denegri, M. A. (2011). Lexicografía. Editorial San Marcos.
Fecha de publicación:
14 de octubre del 2024
Autor
Wilfredo Mamani Kuno