COJUDO

El término “cojudo” es un ejemplo interesante de cómo el lenguaje puede cambiar de significado a con el tiempo. Originalmente, según Marco Aurelio Denegri, “cojudo” proviene del latín vulgar coleutus (testículo), y en su forma más literal se refería a un animal macho no castrado, símbolo de vigor y fuerza. Sin embargo, en la actualidad, el término ha adoptado una connotación completamente distinta: denota a una persona lenta o torpe. Como señala Denegri, “cojudo, en el lenguaje vulgar, designa al hombre apocado, tonto, lerdo y torpe” (Denegri, 2011, p. 49).

Luis Alberto Sánchez, en su obra Don Manuel, relata una anécdota en la que “cojudo” se utiliza en tono de burla. En una conversación, un personaje comenta: "No fuma, no bebe, no juega... ¡Usted entonces es un cojudo!" (Sánchez, 1930, p. 77-78). Este ejemplo ilustra cómo la palabra puede emplearse tanto para insultar como en contextos de camaradería o humor.

Denegri también explora cómo, en ciertos contextos, “cojudo” puede ser utilizado de forma afectiva o incluso como una expresión de admiración. En palabras de Denegri, "no siempre se toma en mala parte; tiene a veces sentido favorable, ora de encomio, ora de admiración como en este ejemplo sofocletiano: «¡Caramba, pero qué inteligente había sido este cojudo!»“ (Denegri, 2011, p. 51).

Denegri también resalta que, en ciertos casos, “cojudo” puede tener una connotación positiva, de admiración o respeto, lo que añade a su complejidad. Esta dualidad refuerza cómo el lenguaje no sigue estrictamente las reglas de la lógica, permitiendo que una palabra tenga múltiples significados en función del contexto social y cultural en que se utilice.

Referencias

Denegri, M. A. (2011). Lexicografía. Editorial San Marcos.

Sánchez, L. A. (1930). Don Manuel. Lima: Librería Francesa Científica y Casa Editorial F. y E. Rosay.